lunes, 21 de septiembre de 2015

IX EDICIÓN DE RELATOS EN CADENA


SEMANA 3


Semana muy emotiva en REC por la vuelta de Luz Leira, que ha hecho su rentré con un relatazo, Desafío, que podría entrar en cualquiera de las mejores antologías del género. No os lo perdáis en la web de la Escuela de escritores en en el blog de Luz.

Los otros finalistas han sido, Dominique Vernay con Abolladura y Vicente Bernabeu con David.

Y esto es todo lo que yo he podido dar de sí. Espero que os guste un poco...


Mensaje subliminal


«¡Cuánta fuerza y qué poca puntería!» El epitafio, labrado a cincel y martillo sobre la losa de granito, parecía un dedo acusador que no dejaba de señalarle. Mientras familiares y amigos se acercaban con el propósito de darle consuelo, él, con gesto contrito, no deseaba más que escapar de allí, alejar su vista de aquella frase lapidaria que se cernía sobre él como un buitre que sobrevuela a un animal moribundo. Se preguntaba de quién habría sido la idea de que aquellas palabras acompañaran a su esposa hasta su última morada o si, al final, el mortífero golpe propinado, no hubiese resultado lo suficientemente certero.

THE KICK INSIDE
The kick inside de Troy Brooks

Ave María purísima

—¡Cuánta fuerza y qué poca puntería! —El cura, al no haber podido reprimir la exclamación tras el discreto rincón de su celosía, se santiguó y continuó escuchando la confesión, sobre el desmedido afán por conseguir quedarse embarazada, de una de sus feligresas.

Mujer vintage de Guillermo Martí Ceballos. El rincón de mis desvaríos

sábado, 19 de septiembre de 2015

Viernes creativo

Fernando Vicente nos propone esta imagen de Sydney Sie, con muy pocos elementos, para crear una historia, ¿Sabremos sacarle partido? Esta es la mía, juzgar vosotros mismos...




Mar de dudas 

Me pregunto si sus besos sabrán a chocolate blanco; si mi lengua avanzaría por su piel con la misma lisura que sobre una bola de helado; si su cuerpo, perlado de sudor, olerá como el mar en invierno. Me pregunto si tiene quién por la noche avive sus sábanas; si comparte el aroma a café con tostadas de cada mañana; si le despedirán unos labios cuando sale de casa. Me devoran tantas dudas que, casi sin querer, levanto una mano,y escondo ambas, rápido, turbada, entre mis muslos,  bajo el pupitre, como si nunca hubieran existido, cuando su mirada se detiene cortés sobre mí y, desde la pizarra, es él quien pregunta:
—Susana, ¿eres Susana, verdad? ¿Alguna duda?

Podréis leer todas las demás desde aquí.



martes, 15 de septiembre de 2015

IX EDICIÓN DE RELATOS EN CADENA

SEMANA 2
Vuelve el Lagarto a rebuscar en su levita después de mucho tiempo. Quería haber ido al sastre y hacerse una nueva que le hiciera parecer más atractivo, pero ha preferido, durante este largo y caluroso verano, aprovechar todos los rayor que el sol, generoso, ha querido compartir, y permanecer tumbado en el liso pedernal para no dejar escapar a ninguno.
Se estrena en esta nueva temporada con tres disparos fallidos al corazón de La Ventana y sus Relatos en cadena, que esta semana ha ganado Fernando Alemán Roda con su Barbacoa y han quedado finalistas Joaquín Vals con Piedad y Lorenzo Rubio con Home run. Se pueden leer en este enlace.

Estas son sus propuestas, bien es cierto que si no estuvo acertado si estuvo fecundo para una frase inicial que tenía su miga: El bate, «¡Eso, bate!», se le resbalaba de las manos pringosas


Fronteras

El bate, «¡Eso, bate!», se le resbalaba de las manos pringosas a pesar de tenerlo agarrado con todas sus fuerzas. Lo arrojó lejos por encima de la alambrada, «sí, se dice así, alambrada», y corrió deprisa sin mirar atrás, sin que el cuerpo uniformado que quedaba tumbado sobre la tierra, pesara todavía en su conciencia, «¿qué es conciencia?», con la esperanza de que no le dieran caza y de que, al menos, tuviera el tiempo suficiente para aprender más palabras en el idioma de este nuevo país.

Imagén de Sarolta Bán. Sacada del blog El rincón de mis desvarios


No molestar

El bate, «¡Eso, bate!», se le resbalaba de las manos pringosas. La sangre salpicaba su cara, sus ropas. Un rumor interno le susurraba una y otra vez, «bate, bate, bate…», como una beata que pasara las cuentas de un rosario. A cada golpe de voz sucedía otro seco, letal, que manchaba cada vez más la habitación que su madre le había sugerido limpiar hacía solo un momento; mientras, una pregunta se perfilaba a través de las tinieblas de su mente: ¿Qué hacía aquello colgado en la pared de su cuarto, entre los pósters de Megan Fox y de los Arcade Fire, si ni siquiera le gustaba el beisbol?


La madre de Oswaldo Guayasamín. Sacado del blog: El rincón de mis desvaríos

Recreación

El bate, «¡Eso, bate!», se le resbalaba de las manos pringosas, pero seguía golpeando con saña el cráneo, ya abierto, «joder, igual demasiado violento», de su última esposa. Aquella bacanal de sangre salpicó las paredes de la habitación, «tal vez fuera mejor el cuarto de baño», principal. Mientras, en el pareado contiguo sonaba, en el tocadiscos del hijo de los Maldonado, El asesino del mes, de los Def con dos, «la referencia es cojonuda», a toda pastilla, amortiguando el eco de la tragedia, «igual suena tópico». Había vuelto a despertar el carnicero de Olite, «habemus novela, ya puedo saciar la voracidad ingente de mi editor».
  

Imagén de Sarolta Bán. Sacada del blog El rincón de mis desvarios