viernes, 6 de septiembre de 2013

—Tengo aquí ochenta y tres dólares y algunas monedas —le dije—. Ven a Nueva York conmigo… luego podemos ir a Italia.

A través del cristal no pude evitar apreciar tu belleza y leí tus labios. Aprendí de pequeño, poco después de que mis padres se dieran cuenta de mi imposibilidad de oír. La misma novela de Kerouac y el mismo párrafo que yo, ¿casualidad? La misma dirección pero sentidos contrarios. Y las yemas de tus dedos recorriendo el camino. Nuestros destinos, no obstante, condenados a encontrarse. Tú y yo y mi implante coclear y tu bastón blanco.


Una historia para esta portada de The New Yorker, ilustrada de manera genial por Adrian Tomine.
La imagen como detonante de un relato. Una iniciativa de Fernando Vicente desde su Blog http://elbicnaranja.wordpress.com/

2 comentarios:

  1. Me parece genial¡¡, ese final de comienzo...
    ENHORABUENA¡¡


    Besos ♥♥♥
    (me quedo de seguidora tuya con tu permiso)

    ResponderEliminar
  2. Encantado Tramos, vuelve siempre que quieras, estás en tu casa.

    Besos.

    ResponderEliminar